En febrero, había 725.000 fijos discontinuos inactivos, es decir, que no estaban trabajando, pero no estaban registrados como parados.

Aunque la reforma laboral y el Gobierno se publicitan como una lucha contra la temporalidad, no tienen en cuenta la estacionalidad que afecta a sectores como la agricultura, la construcción y el turismo.

De acuerdo con la Ministra de Trabajo, Yolanda Diaz, y todo el Gobierno liderado por Pedro Sánchez, los datos relacionados con el empleo son impresionantes y la situación se está desarrollando favorablemente. Sin embargo, es evidente que España sigue siendo el país con la tasa de desempleo más alta tanto en Occidente (entre los 38 miembros de la OCDE) como en Europa (entre los 27 miembros de la Unión Europea). Eso genera incertidumbre sobre las estadísticas que proporcionan desde Moncloa. 

Según lo observado, se puede concluir que el empleo no está aumentando: el número de personas desempleadas aumentó ocho veces en enero en comparación con la disminución en febrero. En febrero, hubo una disminución del 0,27% en el número de desempleados en comparación con enero, mes en el que el número de desempleados aumentó en 60.404 personas, ocho veces más de lo que ha disminuido actualmente. La situación es similar para los inversores, ya que en enero se registraron 231.250 pérdidas, lo que representa más del doble de los nuevos inversores que ingresaron en febrero. 

Además, de los 1.137.407 contratos que se firmaron en febrero, 523.445 fueron indefinidos, lo que representa el 46 % del total, lo que significa que la mayoría de los contratos firmados todavía son precarios. Del total de contratos indefinidos que se firmaron, 246.879 fueron a tiempo completo, un 7% más que en 2023; 132.365 fueron a tiempo parcial, un 9,1% más; y 144.201 fueron contratos fijos discontinuos, un 2% más.

En otras palabras, casi el 12 % de los contratos firmados que se dice que son indefinidos son a tiempo parcial. Aunque sea considerado estadísticamente como un español con trabajo, no se puede vivir con el salario de un trabajo a tiempo parcial. De hecho, hay un 13% adicional de trabajadores fijos discontinuos que, aunque no estén trabajando, son considerados como trabajadores con contrato.

Nos informan que se han registrado 103.621 nuevos cotizantes, sin embargo, esta cantidad se debe a la contratación en el sector servicios, al igual que la disminución de parados. Además, de los más de 100.000 cotizantes, alrededor de 60.000 pertenecen al ámbito de la hostelería y la educación, lo que significa empleo inestable en el sector de la hostelería y, sin duda, público en la educación. 

Sin embargo, el tema más controvertido cada mes es la información ocultada por los fijos discontinuos activos e inactivos. Joaquín Pérez Rey, secretario de Estado de Trabajo, afirmó que los datos de paro no se pueden proporcionar de manera directa, tal como ha reiterado en ocasiones. Sin embargo, esto no afecta negativamente al sistema de paro registrado que se les brinda mensualmente. De esta manera, respondía a la solicitud que se le hace a Yolanda Díaz con frecuencia: que publique los datos auténticos de los fijos discontinuos. No obstante, finaliza el asunto acusando a las comunidades autónomas de no haber "depurado" la información desagregada.

El Gabinete de Estudios de la USO ha informado a The Objective que existen elementos para proporcionar el dato mediante un ejercicio basado en las cifras oficiales del SEPE, la Seguridad Social y el INE. De acuerdo con esa fórmula simple, en febrero tendríamos un 97% más de fijos discontinuos inactivos que en 2022.

Desde que se implementó la Reforma Laboral, ha habido un aumento en el número de contratos indefinidos, pero esto se debe a dos circunstancias. En primer lugar, la mayoría de las personas no pueden contratar de otra manera, y en segundo lugar, ha habido un aumento en el uso de contratos fijos-discontinuos. 

Los contratos fijos-discontinuos se utilizan para trabajos que son estables pero cambian con el tiempo. El contrato tiene una fecha de inicio pero no de finalización, por lo que se emplea durante unos meses. Aquellos trabajadores que se concentran en su industria se ven obligados a trabajar y cuando se terminan, serán despedidos, aunque se registrarán como demandantes de empleo no desempleados. Los empleos temporales han disminuido, pero no todos se han convertido en trabajos estables, muchos de ellos se han convertido en trabajos fijo-discontinuo, que se consideran fijos pero son igual de inestables o más que un contrato temporal. 

El Gobierno y la reforma laboral llaman la atención por su lucha contra la temporalidad, pero no tienen en cuenta la estacionalidad que afecta a sectores como la agricultura, la construcción y el turismo. En síntesis, se busca eliminar la burocracia y disminuir la variedad de contratos laborales a uno único, indefinido, con una compensación acordada de antemano, así como la eliminación de las cuotas sociales, que son la causa de la economía sumergida.