En marzo, la Seguridad Social alcanzó un récord de 21 millones de trabajadores. Aunque esta cifra ya se había logrado hace un año según la Encuesta de Población Activa (EPA), no fue hasta ahora que un registro administrativo, como el de la Seguridad Social, lo certificó.

Además, la reforma laboral de 2021, que entró en vigor en abril de 2022, ha conseguido reducir la tasa de temporalidad, un problema endémico en el mercado laboral español. Esta tasa afectaba a uno de cada tres asalariados, pero ahora se ha reducido al 12,7% de los cotizantes, una cifra ligeramente inferior a la que también recogía la EPA para el sector privado a finales del año pasado.

Sin embargo, hay una variable que podría empezar a mostrar signos de agotamiento: el ritmo de reducción del desempleo. Es normal que después de un período intenso de recortes del paro, cada vez sea más difícil reducir las listas de desempleados registrados. 

En marzo, la disminución del número de parados fue del 4,7% en comparación con el año anterior. En marzo de 2023, ese ritmo de reducción interanual del desempleo era más alto, prácticamente del 7% respecto al mismo mes de 2022. Además, en términos desestacionalizados, el número de desempleados en marzo habría aumentado en casi 12,000 personas.

¿Por qué ocurre esto? El secretario de Estado de Empleo, Joaquín Pérez Rey, niega rotundamente que se esté produciendo este agotamiento. Descarta las cifras desestacionalizadas de paro registrado y se refiere a la resistencia a bajar que ofrece la tasa de paro medida por la EPA, que fue del 11,76% en el cuarto trimestre de 2023. Según él, esto se debe más al incremento del número de activos que a otras consideraciones.

En resumen, aunque la creación de empleo sigue siendo positiva, es importante seguir de cerca la evolución del desempleo y las decisiones de política económica que puedan afectar al mercado laboral en España en 2024